Esta es mi tetera.
Según
Wikipedia, una tetera es un recipiente donde se hierve el té o las infusiones en agua mediante aplicación directa de una fuente de calor.
No sale quien inventó la tetera. Estoy seguro de que alguien de corta estatura, barba y sombrero cono hace mucho, mucho tiempo.
Me aficioné al té en mi adolescencia. Calentar el agua y encerrarme una mañana entera con una tetera bien llena de agua con Earl Grey era requisito indispensable para la escritura de cuentos e invención de historias gráficas absurdas e impredecibles. En lugar de irme a disfrutar del aire libre, pasaba fines de semana enteros encerrado con una bombilla de 40 watios.
Eran los años 80 y la modernidad me repelía. Mis ídolos de la época eran seres eclécticos y el pianista de dedos atrofiados,
Thelonius Monk; el escritor loco,
Boris Vian, y el pintor desterrado de sí mismo
René Magritte. En mis delirios de adolescentes, había creado una tribu urbana de snobs heremitas de la que yo era el único componente. Bueno, yo y mi tetera.