- El pez grande se come al pequeño, y así es desde que el mundo es mundo -. Dijo el pez más grande del estanque. Abrió la boca y se comió a dos de los pequeños peces que le seguían.
- ¡No le sigáis! Dijo un pez rebelde. ¡Que quiere esclavizaros! ¡Libertad para los peces! ¡Cambiemos las reglas del estanque!
Varios peces pequeños siguieron al pez rebelde y el instinto pudo a su razón. Abrió la boca y se comió a tres.
- ¡Este es un pez que se alimenta de los demás! ¿Es que no lo véis? Dijo una gran carpa dorada. ¡Ocultáos en el interior de mi boca y os protegeré!
Acto seguido, la carpa se comió a cuatro.
Y así sucesivamente. Entre tanto, el gato negro se relamía.